Comienzo de la imaginación

- En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no queiero acordarme, no ha mucho tiempo que había una casa muy antigua, en la que nadie vivía. Era una casa muy vieja, casi en ruinas.
Me han contando que antiguamente estuvo habitada por un hombre llamado Darna, de nombre Alfonso. Según cuenta la historia, este tal Alfonso vivía en las tierras manchegas y su casa había sido una especie de hostal, donde los viajeros se instalaban para no pasar la noche a la intemperie. El hostal se llamaba Fonsi o Fonsu o algún nombre similar.
Poco a poco el hostal de Darna se fue haciendo famoso para todos los extranjeros que viajaban por la Mancha y a Alfonso se le acumulaba el trabajo. Tenía que contratar a alguien para que le ayudara, por qué él solo no podía con todo.
Así que contrató a un joven muchacho llamado Fernando, que le ayudaba después del instituto. A Fernando le gustaba mucho el trabajo, y respetaba a Alfonso. Sin embargo, él era muy ambicioso y quiso tener demasiado.
Ya hacía tiempo que lo había pensado y le llevó mucho tiempo prepararlo todo. Un día en el que había muchos clientes ocurrió un fatal accidente. Alguien asesinó a Darna el 13 de febrero y lo colgó con una cuerda del techo del comedor. No tenía ningún familiar que pudiera heredar el hostal por lo que pasó a ser de Fernando, el único que había mantenido relación con el fallecido.
Nunca se supo quién había matado a Darna pero todo el mundo piensa lo mismo, que fue Fernando, que su avaricía lo llevó a matar a su jefe, para así quedarse con el hostal y con todo el dinero que consiguiera.
Fernando se hizo rico gracias a las ganancias que obtuvo del hostal pero un día apareció muerto, un 13 de febrero, muchos años después. Colgado con una cuerda del techo del comedor. Muchos dicen que fue el fantasma de Darna que se vengó de su traición.
Por lo tanto yo no me acercaría demasiado a esa casa, no sea que nos ocurra algo extraño que no sepamos explicar.
- ¡Pero vamos!, ¿que nos puede pasar?
Entró en la casa y sin saber como ni porqué ésta se derrumbó.
- Ya se lo dije, al fantasma de Darna ahora no le gusta que entren en su propiedad.